24/2/11

El Trastorno de la personalidad fronterizo se caracteriza por impulsividad y la inestabilidad anímica, de la imagen propia de la persona y de las relaciones. Este trastorno es muy común y se diagnostica con más frecuencia en mujeres que en hombres.

Las personas que lo sufren presentan varios de los síntomas siguientes:

· cambios de humor muy marcados con períodos de depresión intensa, irritabilidad y/o ansiedad que duran de unas cuantas horas a varios días;

· furia fuera de lugar, intensa y fuera de control;

· impulsividad en lo que se refiere a gastar dinero, sexo, consumo de sustancias, robos menores, conducir agresivamente o comer demasiado;

· amenazas de suicidio recurrentes o lesiones a sí mismos;

· relaciones personales inestables e intensas con perspectivas "blanco o negro" sobre personas o experiencias; algunas veces alternan entre idealizaciones de que "todo está bien" y devaluaciones de que "todo está mal";

· incertidumbre marcada y persistente sobre la imagen propia, las metas a largo plazo, las amistades y los valores;

· aburrimiento crónico o sensación de vacío

· esfuerzos frenéticos de evitar el abandono, ya sea real o imaginado.

Las causas no están claras, aunque podrían ser de carácter psicológico y biológico. Originalmente se creía que esto era "fronterizo" con la esquizofrenia, pero ahora parece ser que el trastorno de personalidad fronterizo tiene más relación con una enfermedad depresiva. En algunos casos, tiene algo que ver los trastornos neurológicos el trastorno de déficit de atención. Los problemas biológicos pueden causar una inestabilidad anímica y una falta de control de los impulsos, lo que a su vez puede contribuir a problemas en las relaciones. Las dificultades en el desarrollo psicológico durante la niñez, quizá asociadas con abandono, abuso o falta de uniformidad en los padres podrían crear problemas de identidad y personalidad.