El detective buscó en la Facultad de Bellas
Artes y descubrió que por alli había pasado,
pero dos años después ella se había ido sin que nadie
supiera por qué ni hacia dõnde iba. El encontró su no
mbre anunciado en los pubs de los cien barrios porteños pero cuando Ilegaba,
ella siempre se había ido...
En los Estados Unidos le contaron de una mujer que se escapaba
de su adolescencia cantando canciones de Sui Generis y Spinetta,
y en Palermo le hablaron de otra con el mismo pelo castaño claro y los mismos encendidos ojos marrones que mataba su tiempo haciendo figuras de cerámica en el taller de propiedad de su padre.
Fue un engaño: ellas eran una sola. Confesión Primera: "Cuando estaba en las
Bay Biscuit todo era muy artesanal; hecho por nosotros. Había entusiasmo por crear. Creatividad y no ese delirio de la noche y la oscuridad que vino después".